Beatles Bike

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jueves, 7 de julio de 2016

Viking Biking: impresiones ciclistas en Oslo

La entrada de hoy responde más a la lógica de un diario que la mayoría de las que componen este blog. Lo que cuento es mi experiencia de hace unos días.

Esto es como la historia de dos ciudades y las podía constrastar:

"It was the best of times"

La ciudad de Oslo ha sido presentada recientemente por Copenhagenize como la próxima Meca del ciclismo urbano. Cuenta con dos oficinas técnicas dedicadas a la mejora de sus infraestructuras ciclistas (una dedicada a la bicicleta y otra al Medio Ambiente), acaba de publicar un manual con muy buena pinta (literal, pues sólo la he podido ver, pero no leer: está escrita en noruego), se ha comprometido a cerrar su centro al tráfico a motor en 2019 y cuenta con una estrategia para la bicicleta en el período 2015-2025.

"It was the worst of times" 

En mi ciudad, Alicante, no hay manuales, ni planes, ni estrategia. La Concejalía de Movilidad es en realidad un departamento de Tráfico al que le han cambiado el nombre y la de Medio Ambiente no se coordina con ella porque sus representantes políticos pertenecen a partidos distintos que han pactado gobernar juntos, pero que lo hacen en paralelo. Si hubiera un plan para la bici, en la versión optimista, debería llevar el siguiente título: "Plan de Movilidad Ciclista de Alicante 2010 = 2020". Y en la pesimista "2010-20", donde el guión hace referencia a la resta.

El caso es que he podido disfrutar de la experiencia ciclista en Oslo durante escasas tres horas y estas han sido mis impresiones.

Hay muchos más ciclistas que en mi ciudad. Siguiendo el litoral hay un carril-bici de calidad donde te puedes cruzar en un día como hoy (soleado, escribo en el primer día de verano), con casi 60 ciclistas por minuto. Aproximadamente, pues he perdido la cuenta. Los ciclistas, eso sí, cumplen poco o nada con el perfil clásico de ciclista urbano:

  • La mayoría viste ropa de lycra (¿tendrán vestuario en la oficina y por ello se cambian de ropa antes y después de ir en bici?). 
  • Pedalean sobre bicicletas que montan guardabarros (lluvia obliga).
  • Con frecuencia equipan las bicis con  portabultos con una o dos alforjas.
  • Pese a los dos puntos anteriores, las bicicletas son de tipo deportivo (bien de montaña, bien de carretera) o eléctricas, que impulsan a gran velocidad, de ahí, creo, que la mayoría lleve casco
  • No responden al perfil de ciclista urbano holandés o danés (aunque haberlos, haylos), que viste para el destino, no para el camino, sino que más bien parecen sacados del tour de Francia (uno de ellos hasta llevaba el maillot a lunares del campeón de la montaña).
El centro de la ciudad se divide en, al menos, tres áreas:

  • Una tomada por el tráfico a motor, junto a la estación central, donde apenas se encuentran infraestructuras ciclistas y la mayoría de los ciclistas (casi todos) invaden las aceras. 
  • Otra parte está levantada por obras
  • Hay una tercera parte, prácticamente peatonalizada, donde da gusto circular. 
  • En otras partes de la ciudad, hay muy poco tráfico y muy pocos coches aparcados (además tienen prohibido aparcar a menos de 5 metros de un paso de cebra). En esta zona  se va muy bien por la calzada (muchas con muy poca pintura en el asfalto), aunque muchas bicis siguen circulando por las aceras.
En términos de infraestructuras ciclistas, destacaría:
  • Los carriles a contrasentido (más o menos habituales).
  • Bici pública
  • Algunos carriles segregados más o menos aceptables 
  • Abundancia de aparcabicis.
  • Tiende a encontrarse infraestructura ciclista en las grandes avenidas, lo que hace que moverse por la ciudad resulte bastante intuitivo, pero...
  • Hay bastantes  discontinuidades en la red y cambios de firme y de formato de los carriles (hasta el punto de que también los locales parecían perderse o acababan invadiendo aceras).
  • Lo peor en términos de propuestas para las bicicletas son los itinerarios ciclistas que transcurren por la calzada en calles con vías de tranvía. Este uso compartido es muy frecuente, a pesar del riesgo que entraña que la rueda de la bici se encaje en la vía, lo que supondría caídas muy duras (como le ha ocurrido a dos amigos en Alicante).
  • El tráfico de bicis en algunos puntos era tan intenso que un carril-bici bidireccional muy ancho para lo que acostumbro (de unos tres metros) se quedaba corto para resolver los adelantamientos. Me pregunto que ocurriría si Alicante acogiera estos niveles de tráfico con sus carriles bidireccionales de apenas metro y medio: ¿colapso o accidentes a cascoporro?.  Who cares?
El tráfico es salvaje y civilizado a un mismo tiempo:

  • Resulta bestial pues parece que los coches no obedecen la norma de metro y medio de distancia lateral que rige en España, que si existe, se incumple por completo. En la zona suburbana, he tenido que parar cuando he visto que un autobús me adelantaba en una curva. Si no lo llego a hacer, creo que me hubiera dado cuando la curva se cerraba. Acto seguido ha adelantado rozando a un ciclista mayor que me precedía. También es habitual, como en Alicante, permitir el giro a la derecha de los automóviles cuando peatones o ciclistas tienen la señal del semáforo en verde, lo que resulta muy peligroso. Supongo que esto explica también la abundancia de cascos.
  • Por otro lado, resulta bastante civilizado en cuanto a su velocidad. No he tenido sensación de que corran mucho y desde luego parece que la ciudad haya eliminado el concepto de onda verde (facilitar varios semáforos seguidos en verde) por su contrario "onda roja" (todos se pillan en rojo, también para las bicis, que van tan rápido o más que los coches).
  • Pero sobre todo es escaso en gran parte de la ciudad. Esto lo he tenido que preguntar, pues no me encajaba que con la relativamente baja calidad de las infraestructuras ciclistas hubiera más ciclistas que en Alicante y muchos menos coches. La respuesta tiene que ver con esto:


Entrar en Oslo cuesta 32 Coronas/día (3,4 euros) Fuente

Cada día que entras en la ciudad has de pagar 3,4 euros. Además si quieres aparcar en la zona centro cuesta 25 coronas por una hora y 66 (sí, más del doble) por dos horas (7 euros), resultando los precios sólo algo mejores en los alrededores de la zona central.

Fuente

En términos generales, es una ciudad cochecentrista, como cualquier otra. Como se refleja en este vídeo de youtube, no hay mucha diferencia con la mayoría de las ciudades europeas:

Vídeo de Miguel Salgueiro

Cochecentrista, pues, salvo en algunos aspectos:

  • En la zona del puerto hay bastante densidad peatonal, pero no parece que se impida el paso de bicis, al menos no he observado ninguna señal que pudiera indicarlo, ni tampoco presencia policial (ahora que caigo no recuerdo haber visto un poli en tres días). El espacio de peatones y bicis en esta zona no está delimitado.
  • Lo mejor en mi trayecto por el centro y los alrededores (bordeando la costa) es la abundancia de zonas en las que se encuentra acceso permitido para bicis, pero prohibido para vehículos a motor, de manera que su litoral queda despejado para paseantes, corredores, amantes, músicos, ciclistas o pescadores.

Para resumir.  Me ha resultado curioso pedalear por Oslo y en algunos momentos más o menos igual que hacerlo en Alicante, pues en términos de infraestructuras andaba algo mejor que Alicante (por las infraestructuras en las grandes avenidas y los aparcabicis), pero no a años luz como otras ciudades. En términos de normas de tráfico es escalofriante la distancia a la que te pasan (nunca pensé que diría esto), en especial buses y camiones, aunque la velocidad es mucho menos agresiva. Por otro lado, había bastantes más bicis y menos coches de los que cabría esperar con semejantes condiciones. ¿Qué pasará en 2019 o en 2025? ¿A qué se parecerá Oslo? ¿Y Alicante?. ¿Hablaremos entonces de que nos llevan siglos de ventaja, de lo diferente que es su cultura y sus costumbres o de lo cívicos que son los vikingos?. ¿Se habrán suavizado para entonces sus cuestas o contará con el mejor clima para la práctica del ciclismo?.  

2 comentarios:

  1. Voy a contestar sobre lo de que muchos ciclistas van de lycra, aunque mi experiencia no es sobre Noruega sino sobre Escocia, donde trabajé durante varios años. Allí también es muy común que muchos commuters que van a trabajar en bici lo hagan de lycra. Allí es normal que muchas oficinas tengan duchas (aunque con el clima de allí a menos que hagan mucha distancia prácticamente no se suda ni en verano). Evidentemente la mayor parte de ellos son aficionados al ciclismo que aprovechan la bici para ir al trabajo. Los que son puramente ciclistas urbanos si que suelen vestir de manera normal mientras pedalean.
    También es muy normal allí ir siempre con bicis deportivas, o de carretera o de montaña, lo veo normal porque tanto en Glasgow como en Edimburgo las cuestas son abundantes y pronunciadas, así que conviene ir con bicis ligeras y de marchas.
    Por cierto, Edimburgo es una ciudad muy ciclista pero siempre es la gran olvidada cuando se habla de este tema. Por la descripción que haces, para mi ahora mismo Edimburgo es mucho más ciclista que Oslo, aunque está un claro paso por detrás de Amsterdam o Copenhague.

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    1. Muy interesante. Que conste que no tengo nada contra la lycra. ¡Soy oficialmente un MAMIL! :-) Es más creo que ir de lycra indica que es más probable que se recorran distancias más largas, cosa que parece que ocurre menos en lugares con más tradición de ciclismo urbano. También tengo la suerte de contar con duchas y eso hace que en una época del año me vista de lycra para ir o volver del trabajo, combinando transporte y deporte en un mismo día. Es cierto que hay olvidos muy relevantes en los listados de ciudades ciclistas. A mí me suele llamar la atención el olvido de Vitoria, por ejemplo. Si tuviera que hacer un ranking de ciudades sostenibles, primaría el peso del reparto modal a pie y es probable que Amsterdam o Copenhague no quedasen nada bien.

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