Beatles Bike

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martes, 25 de febrero de 2014

La B.I.C.I.C.L.E.T.A. trabajadora

Desde hace unos días llevo dándole vueltas al tema de la velocidad. Todo surgió a partir de la lectura en este blog sobre el derecho a la lentitud. Aunque en el blog se trataban cosas más relevantes, también me fijé en un detalle. Hablaba de una velocidad media en coche en las grandes ciudades españolas de 18 km/h (pero no indicaba la fuente).



Según los datos que publica una entidad comprometida con el ecologismo y sospechosa de altermundismo como es el Ayuntamiento de Madrid (ver página 32), la cosa es más o menos así: si te mueves por el centro la velocidad media en la zona interior de la M-30 es de 19 km/h, pero eso sí, entre la M-30 y M-40, una zona más descongestionada, ya puedes volar y subir a unos vertiginosos 24,45 Km/h. Aunque también aportan un segundo gráfico que no hay quien entienda o que entra en contradicción con el primero. En cualquier caso, hablan de velocidad media, pero no dicen cómo la miden. Es decir, ahora tengo una fuente, pero no sé si el agua es potable. Y es que no es lo mismo poner un aparato para medir la velocidad en una calle y ver a qué velocidades pasan los coches, que medir la distancia recorrida por cada coche y ver cuánto tiempo ha necesitado. El primer método es más fácil de aplicar, pero tenderá a dar velocidades medias más altas y, el segundo, cuya medición es más complicada, más lentas. Famoso es el libro sobre cómo mentir con estadísticas, así que no sigo.




Como me considero un cuervo blanco, en lugar de fijarme en las estadísticas, me voy a fijar en mí mismo. Mi compañía de seguros propuso instalarme un GPS en mi coche para controlarme (si me porto bien, me aplican un descuento de un tercio de la cuota). Con él puedo medir la velocidad media de mis desplazamientos urbanos en Alicante, que no es Madrid (con el segundo método): son 18 km/h.

Mi coche

¿Y en bici?. Pues en bici, no lo sé, porque cuando nos gusta, no contamos, pero como le estaba dando vueltas a este tema, me he instalado en el teléfono un programa de esos para vigoréxicos que te da las velocidades medias usando el GPS del móvil. Resultado: mi velocidad media para el trayecto de casa al trabajo varía entre 13 km/h y 21 km/h, depende del trayecto elegido (con más o menos semáforos, si es de ida -cuesta arriba- o de vuelta -cuesta abajo-, de que vaya más o menos rápido, etc.). No está mal la comparación. Ya había comprobado que tardo casi tanto como con el coche (50-55 minutos sobre la bici -ida y vuelta- frente a 40-45 conduciendo), sobre todo cuando mido de puerta a puerta (otra forma de medir los desplazamientos: lo relevante no sería el tiempo en el vehículo, sino el tiempo que tardas en llegar, lo que incluye aparcar, caminar después hasta el destino, etc.).

Gente más sería, como los de copenhagenize, especializados en diseño urbano y adaptación de las ciudades para el uso peatonal y ciclista, hablan de velocidades medias para la bicicleta de 15 km/h en lugares como Amsterdam y Copenhague.

Resultados parecidos se obtienen en las "carreras de los medios", competiciones, un pelín amañadas, aunque no siempre y no demasiado, en las que compiten bicicletas, coches, autobuses y peatones para ver qué medio es más rápido:

  • Carrera de medios de Salamanca: la bici ganó en 5 rutas, el coche en 2 y el bus en 1.
  • Carrera de medios de Huesca: la bici tardó 8', el peatón 13' y el coche 16'.
  • Carrera de medios de Pamplona (ojo esta noticia la publica Automoción, ¡bien!): la bici tardó 11 minutos, el coche 13', andando 20' y el bus 22'.
  • Carrera de medios de Bilbao
"Al final del recorrido, la bicicleta (privada) ha demostrado ser el vehículo más rápido, con 12 minutos, seguida del taxi, con 13 minutos. La bicicleta del servicio de préstamo del Ayuntamiento de Bilbao, Bilbonbizi, ha tardado 14 minutos en realizar el trayecto. Tras ellos ha llegado la usuaria que se desplazaba en metro, que ha tardado 18 minutos, y prácticamente a la par la de Bilbobus y la persona que ha hecho el camino a pie, que han tardado 19 minutos. El último, el coche privado. En último lugar ha llegado el usuario del coche privado, que ha tardado 26 minutos teniendo en cuenta el tiempo empleado en aparcar por la zona y llegar al punto de encuentro". 

Hay que decir que la noticia no aclara si todas las personas participantes eran del mismo Bilbao para igualar la contienda contra el reloj.



Bueno, ya vale, hay muchas más carreras de medios, pero siempre gana la bici. Es menos interesante que la Liga española, donde al menos hay alternancia.




Andaba con estas cavilaciones cuando me manda Clemente esta interesante referencia a la revista la BICICLETA, Revista de Comunicaciones Libertarias y me cambia la perspectiva. La B.I.C.I.C.L.E.T.A. son las siglas de Boletín Informativo del Colectivo Internacionalista de Comunicaciones Libertarias y Ecológicas de Trabajadores Anarcosindicalistas. La revista, pese a su título, apenas habla de bicis, ya que, aunque me cueste reconocerlo, hay temas mucho más relevantes, sin embargo, de vez en cuando, hay artículos relacionados con las bicis. Escrito en 1977 me encuentro con el artículo "Con bici ya habría llegado" que introduce una "nueva" forma de calcular la velocidad media. Y es que la velocidad se calcula en términos de distancia recorrida en un determinado tiempo. La cuestión es: ¿qué tiempo es relevante medir?. Ya se ha discutido que un rádar de velocidad mide la velocidad en un tiempo muy corto (casi instantáneo), pero que es más informativo medir el tiempo total del recorrido o que, incluso, es mejor medir el tiempo de puerta a puerta. ¿Qué proponen los de la B.I.C.I.C.L.E.T.A.?. Pues considerar también el tiempo de trabajo que has necesitado para pagar ese desplazamiento. Resumiendo: partían de la estimación de que un coche iba a una velocidad media de 60 Km/hora en 1977 (probablemente era menos en ciudad, pues ya había tráfico), pero considerando el tiempo de trabajo para pagar el coche la velocidad media bajaba a 8,5 km/h. ¿Qué saldría ahora?




Pensemos que una persona tarda 30 minutos en ir y volver al trabajo en coche. Si el trabajo está a 5 km, eso supondría una velocidad media de 20 km/h. Consideremos ahora el coste mínimo del coche. Un coche relativamente barato (8.500 euros, IVA incluido), con un seguro que tire por lo bajo (200 euros/año), 15 años en total de vida útil, pagado sin financiación (no hay costes financieros), poco mantenimiento  (200 euros / año para revisión, ruedas, averías, mantenimiento), que paga 80 euros/año de impuestos (incluye circulación, ITV a partir del cuarto año), consumo bajo (5l./100km, combustible estimado a 1,20 euros/litro) y que no tiene problemas de aparcamiento ni en casa, ni en el trabajo y que además aparcar le sale gratis. Suponemos que la persona cobra el salario mínimo (5,05 euros/hora para empleados del hogar) y trabaja 225 días al año. En resumidas cuentas: el transporte al trabajo le cuesta un mínimo de una hora de trabajo al día (más, pero por redondear y ser prudentes en la estimación). Es decir su trayecto de ida y vuelta al trabajo son 30 minutos y trabaja 60 minutos cada día para poder pagarse el transporte en coche al trabajo. La velocidad media bajaría en este supuesto de 20 km/h a 6,6 km/h*, pues eso, en bici ya habría llegado. 


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* Este cálculo está basado en toda una serie de supuestos que no siempre se cumplen. Por ejemplo, la estimación implica que el coche se usa exclusivamente para ir al trabajo. Imaginemos  que se recorre la misma distancia 10km/día con fines de ocio. En ese caso, sin cambiar los demás supuestos,  la velocidad media pasaría de 6,6 km/h a unos 10 km/h.

También se puede decir que he exagerado los costes del coche. No lo creo, pero se puede decir que se puede pagar menos por el coche alargando su vida útil, comprándolo más barato (menos de 8.500 euros), rebajando los 200 euros del seguro, los 200 euros de mantenimiento o los 80 de impuestos.
Puede ser (en ese caso, ¡cuéntame cómo lo consigues!). Pensemos que el coste del coche se reduce a exactamente la mitad (!) de lo estimado. Es decir, que la persona sólo trabajaría 30 minutos para pagarse el transporte. En ese caso la velocidad media sería de 10 km/h, si no se cambia el resto de supuestos (13,3 km/h si se considera el uso para ocio del párrafo anterior).

En sentido contrario, se puede criticar que 5,05 euros la hora es una estimación generosa del salario mínimo, ya que si se cobra por día el salario mínimo es de 30,57 por jornada en trabajos eventuales, temporeros y empleados del hogar y de 21,51 euros/día en contratos más estables (con una jornada de 8 horas resultaría a 2,68-3,82 euros por hora, es decir, que casi se necesitarían unas 2 horas de trabajo al día para pagar el trayecto en coche ¡lo mismo que en 1977!), con lo que podríamos estar hablando de una velocidad media de 4 km/h.

Finalmente, se puede señalar que el cálculo puede ser inadecuado en rentas medias y altas. Así es. Habría que ajustarlo. No obstante hay que pensar que aunque el salario en rentas medias y altas es sensiblemente superior, también aumentan los gastos relacionados con el coche que suele ser un medio de expresión del estatus social: por ejemplo, se reduce su vida útil para no llevar un coche viejo, se compran coches más caros, se adquiere plaza de garage, es mayor el gasto en mantenimiento, se contrata seguro a todo riesgo, etcétera. En cualquier caso, al considerar el tiempo de trabajo se aumenta siempre el tiempo empleado en el recorrido, es decir, que nunca se superará la velocidad media de 20 km/h o lo que es lo mismo: alguien que gane dinero sin trabajar y viva en Madrid circulará por término medio en la zona interior a la M-30 a 19 km/h.







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